martes, 7 de octubre de 2014

Pues...

¿Que quién soy?

Pues...

Podría decir cómo me llamo,
esa es fácil,
la mayoría de veces,
me la sé.

O qué hago,
o qué he hecho.

O qué debo hacer
cuando debo hacer algo
o qué debo hacer
y porqué creo que debo hacerlo,
o qué hago
cuando no tengo
que hacer nada
y esa nada
amenaza con el tedio
y yo intento
no encontrármelo.

O porqué a veces duele tanto
no saber la respuesta,
que solo necesito que todo
pase rápido.

O en quién pienso
cuando necesito
pensar en alguien,
o en qué pienso
cuando no quiero
pensar en absoluto
y sin embargo,
por mucho que apriete los ojos,
por mucho que no quiera,
la tormenta sigue y no estalla,
y todo sigue ahí fuera
y todo pasa.

O contar qué sueño cuando duermo,
y compararlo con la vigilia,
y esos otros anhelos,
esas otras vidas posibles,
esos otros momentos
en que parecía una buena idea.

O, no sé, coger los trozos del ahora
y pretender quitarle el caleidoscopio de este momento,
e inventarme un pasado perfecto hecho de retales.

O contestar con esa pregunta
y acumular respuestas
que son nuevas preguntas
y una vez,
y otra.

O no contestar y que siga el cúmulo
de olvidos e historias a medias,
de palabras que no se dicen,
o que no se escuchan,
de vidas posibles,
de momentos que iluminan
y hacen, y deshacen,
y oscurecen,
y se olvidan,
y se quedan.

Y al final, la respuesta sencilla,
la misma que sirve para cualquiera
aunque pretendamos nuestra singularidad, nuestra infinitud,
nuestra parte en el centro de un universo que siempre va a estar en otra parte,
y siempre demasiado lejos.

¿Quién soy?

Un nombre, unos rasgos,
y un puñado de adjetivos, simplemente,
nada más,
y probablemente,
nada menos.